El fanatismo
proviene de la palabra latina “fanaticus, a, um”, que significa
templo; por lo que la palabra quiere decir “perteneciente al
templo” o “persona asidua al templo”, en sus orígenes. Pero
con el paso del tiempo, y de su uso, ha llegado a significar
“protector del templo”.
En un principio,
se asocia al fanatismo con la religión, aunque realmente se extiene
a otros ámbitos.
Desde la
psicología, lo que caracteriza al fanatismo principalmente es el
ansia de seguridad total de quienes adoran, porque realmente son
ellos los que se sienten inseguros, y manifiestan ser enemigos de la
libertad, porque no aceptan otra cosa que lo que adoran.
Los lugares donde
el fanatismo es más fuerte son lugares donde el conocimiento no
prospera y donde parece detenerse la historia y la vida.
Pero este
fanatismo tiene una serie de consecuencias: el alejamiento de la
vierdad, porque para profundizar en el conocimiento debemos estar
abiertos a descubrir y aceptar otras opiniones que los demás puedan
tener; las guerras y desastres que los humanos hemos provocado por
nuestra intolerancia.
Otras
características del fanatismo son:
- El dogmatismo: fe en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan, sino que simplemente se creen.
- La carencia del espíritu crítico: no se admite discusión alguna acerca de estas verdades, ni siquiera su crítica.
- El maniqueísmo: no se admiten los detalles, separando a los humanos en dos categorías: buenos y malos, por ejemplo.
- El autoritarismo: es el afán de imponer la creencia o idea y de forzar a todos a adscribirse a ella.
- Odio a la diferencia: desprecio y rechazo a todo aquello que no siga unos determinados moldes y etiquetas.
En general, se
trata de la incapacidad de admitir la diversidad del mundo, y
aprender de otras creencias. Esta sociedad fanática se encuentra
anclada a un tiempo determinado, y a una forma única de ver las
cosas, que se opone a conocer la verdad, y por ello en ellas no
existen cambios mentales.
Por ello, en la
sociedad fanática abunda la xenofobia, la homofobia y el racismo.
También tiene
otros usos, aunque solo haya nombrado el religioso, y es que también
se ha extendido al ámbito musical y al deportivo.
MERCEDES RUANO
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